¡Hola!

En la cueva nos sentimos como en casa.

O mejor.

¿Alguna vez has entrado en una? Te lo recomendamos mucho: por el silencio, porque se para el tiempo y porque una cueva siempre despierta la curiosidad. Puede que esconda arte ancestral, huesos de animales ya extintos o formaciones minerales bellísimas, todo un tesoro milenario formado gotita a gotita y sin hacer ruido.

Por eso nos gustaría que nos acompañaras a las profundidades de León y Cantabria, de la mano de nuestro guía, Alberto Galvache, explorador y fotógrafo, que ha hecho este reportaje subterráneo con nuestros animales ancestrales. El móvil no te va a hacer falta, porque no hay cobertura, así que coge tu linterna y cuidado con la cabeza, ¡nos sumergimos!

Hemos traído un mapa para no perdernos.
Bisonte paseando entre unas curiosas formaciones de aragonito.
Mamut ante el abismo de las profundidades (bueno, solo es la oquedad de una osera, donde hibernaba el oso cavernario).
Osito descubriendo el cráneo de un pariente extinto hace decenas de miles de años, su requeté-tatarabuelo, el oso cavernario.
Caballito se ha tropezado con una estalagmita, menos mal que el suelo es de arena y no le ha pasado nada.
Nuestro Oso paleontólogo se ha encontrado un fémur enorme, pero en este caso no es de un pariente, sino de hiena de las cavernas.
Bisonte y oso en el lago de las calcificaciones (no son de hielo, aunque el agua está fresquita).
Bisonte observando de cerca las formaciones incipientes de estalactitas.
Cuando las estalactitas del techo y las estalagmitas del suelo se encuentran, se forma una columna, como la que nos enseña, muy contento, nuestro Bisonte clásico.
¡Osu asomándose al abismo!
Caballito conociendo una zona inexplorada y mágica de la cueva.

A lo mejor ya lo sabes, pero Alberto Galvache ya fotografió nuestras piezas en casas abandonadas, que al igual que las cuevas, son silenciosas y en ellas también se ha parado el tiempo. Le estamos muy agradecidas pues sabemos lo difícil que es hacer fotos de cosas pequeñas en un entorno natural, en este caso, además, iluminadas artificialmente, y porque llegar a ciertas zonas estrechas de las cuevas es complicado y peligroso si uno no cuenta con el material de seguridad y el conocimiento adecuado, y además ha tenido que ser muy cuidadoso para no enturbiar ninguno de los yacimientos.

El fotógrafo, Alberto Galvache, en las profundidades.

Esperamos que te haya gustado el viaje a las profundidades, vuelve cuando quieras, estás en tu cueva.

PD: Este viaje es una ficción basada en hechos y lugares reales. Encuentra todos nuestros animales juntitos en tanata.es y cuevas llenas de tesoros bajo tus pies.