¡Hola!

Hace más de un año que conocimos el trabajo de Carmen Mazarrasa, casas en miniatura bellísimas, en fotos y vídeos en los que parecían reales y en los que de repente entraba un objeto, una mano, algo de dimensiones reconocibles y escalables, y te dabas cuenta de que lo que estabas viendo era una miniatura.

En ese momento, el mundo seguía confinado e incierto (parecido a ahora, pero mucho peor, porque era todo nuevo) y Carmen y otros artistas de lo mini (como @Cheng.hank, @candyminiatures o @leminidiclaudia) fueron la semilla de este proyecto que os enseñamos hoy: nuestra casita.

Los cimientos de este mini hogar los puso el padre de Ana, Emilio, hace más de 40 años, que fabricó en madera una casita de muñecas. Sobre esa base, un poco desvencijada por el paso del tiempo, hemos construido nuestra casita durante todo este año, poco a poco, y con la colaboración de muchos otros otros creadores y artistas, amigas y admirados, a los que pedimos ayuda y a los que estamos muy agradecidas.

Nos encantaría vivir en una casa como esta, bonita, colorida y luminosa, realizada completamente a mano por creadoras, diseñadores, ilustradores, fotógrafos, tejedoras, libreros, artistas, ceramistas y maestros azulejeros cercanos.

También era una buena manera de ver todas nuestras piezas juntas y construirles un entorno en el que todo encajara a la perfección.

Nuestras cerámicas no lucirían igual si no estuvieran en la estantería de Énola Muebles y rodeadas de todos los libros de Tipos Infames. Tampoco sin el escritorio de Batlló Concept, con nuestro diccionario de francés y la libretita de Peseta o sin la mesa de comedor de Silvia Ceñal.

Tampoco queríamos descuidar las paredes y los suelos de nuestra casita, así que elegimos unas baldosas en damero de Todobarro para la cocina, la empapelamos con un diseño de Abe the apey pintamos los muebles con el tono Poetic de CreaDecoraRecicla. El cesto, tejido a mano por Sonia, de Degerónimo (lo más pequeñito que pudo) pone la guinda de nuestra cocinita.

En el dormitorio y la terraza nos decantamos por baldosas hidraúlicas del Mosaista. La mantita de la cama tenía que ser de Hamabi design, porque Zita hace el Patchwork más fresco que conocemos.

En cuanto a la decoración, no podían faltar un montón de cosas especiales en nuestras paredes: babosas y ballenas, por supuesto, pero también ilustraciones como las del querido José A. Roda o la sabia Monstruo Espagueti, fotos del también querido Alberto Galvache (nuestro fotógrafo de las ruinas y las profundidades), Diana Navas (fotógrafa de paisajes soñados), siempre enmarcadas con mimo en Heredero de Crispín. El espejo de la escalera, el más bonito que encontramos, es de Baba Studio.

Para relajarnos, leer revistas y ver el paisaje por la ventana, hicimos nuestro sofá, con cojines de Hamabi y Carabiru. El té lo servimos en nuestra tetera Ratona y nos lo pone en bandeja Casita de Wendy. Lo endulzamos con todos los postres, rosquillitas y pasteles que preparó nuestra amiga Olga (que también tejió las alfombras de la casa, para que tuviéramos los pies calentitos).

Ah, y aunque lo dejamos para el final, no nos íbamos a olvidar del móvil Chakras de Amara Montes, delicadísimo y mágico, como todo su trabajo, y que nos envió amorosamente en una caja preciosa.

La música la ponen nuestros amigos de Oba Tenga, así que, ahora que ya conoces a todo el mundo, ponte cómodo, relájate y disfruta de la velada, estás en tu casita.

Y, si quieres disfrutarla todo el año, hemos hecho un calendario precioso con todas sus fotos que puedes conseguir aquí.

Gracias por estar al otro lado siempre. Esperamos que te haya gustado nuestro mini hogar y aprovechamos para desearte unas felices fiestas y que el año que viene sea buenísimo.

Ana y Natalia.

PD: Quizá otro día te contemos cómo fue el proceso de creación de la casita, ¿te gustaría? Esperamos tu respuesta. 😊

Todo esto y mucho más en @hello_tanata